El tracto urinario incluye los riñones (los cuales producen la orina), los ureteres (por los cuales se transporta la orina de los riñones a la vejiga), la vejiga (la cual es la encargada de almacenar la orina), y la uretra (tubo por donde pasa la orina de la vejiga al exterior del cuerpo). Las infecciones urinarias se producen cuando una bacteria entra por la uretra y viaja en dirección ascendente hasta la vejiga; si la infección se limita a este órgano se llama cistitis, si la infección continua ascendiendo hasta llegar a los riñones se llama pielonefritis.
Los síntomas de cistitis reportados más frecuentemente son sensación de dolor y ardor al orinar, aumento en la frecuencia de idas al baño y sensación de no vaciar por completo la vejiga. Las pielonefritis son menos comunes y se pueden presentar los mismos síntomas además de fiebre, dolor en la región lumbar, náusea y vómito.
Las infecciones urinarias recurrentes se definen como dos o más infecciones en seis meses o tres infecciones o más en un año.
Las pacientes con infecciones urinarias recurrentes a menudo han sido multitratadas, y acuden a consulta angustiadas en busca de una solución definitiva. Al identificar esta patología es importante un estudio completo y detallado de la paciente, dentro de los estudios más comunes se puede solicitar un examen general de orina, urocultivo, ultrasonido de vías urinarias, cistoscopía entre otros. No sólo se debe de tratar la infección urinaria si no que debe de encontrarse la causa de estas infecciones recurrentes para poder quitar el problema de raíz.
