La capacidad de la mujer para decidir si quiere embarazarse y en qué momento, tiene una repercusión directa en su salud y bienestar. La planificación familiar permite espaciar los embarazos y puede posponerlos en las jóvenes que tienen mayor riesgo de morir por causa de la procreación prematura, lo cual disminuye la mortalidad materna. Evita los embarazos no deseados, incluidos los de mujeres de más edad, para quienes los riesgos ligados al embarazo son mayores. Permite además que las mujeres decidan el número de hijos que desean tener.
Disminuye el riesgo de que las mujeres infectadas por el VIH se embaracen sin desearlo, lo que da como resultado una disminución del número de criaturas infectadas y huérfanas. Además, los condones masculinos y femeninos brindan una protección doble: contra el embarazo no deseado y contra las infecciones de transmisión sexual, en especial la causada por el VIH.
Actualmente contamos con múltiples métodos anticonceptivos dentro de los más utilizados tenemos los anticonceptivos orales, implante subdérmico, dispositivos intrauterinos, condón masculino y femenino, entre otros. Cada método con características diferentes que se acomodan a la necesidad de cada paciente, por lo que es importante obtener información completa y detallada de cada método para realizar la mejor elección para la paciente.

